CROMADO

El cromado es un proceso de galvanización, el cual tiene por objeto brindar protección a la corrosión, dar acabado decorativo o bien efectuar depósitos de material que permitan la recuperación de piezas mecánicas desgastadas, aportando además dureza superficial resistente al desgaste.
En algunos casos, pueden combinarse varias de estas finalidades, principalmente en el rubro automotor, donde lo más utilizado es el “ cromado decorativo “, que proporciona protección a la oxidación y da un inmejorable acabado brillante. Citaremos como ejemplo, el cromado de accesorios de carrocería.
También otra forma es el “ cromado duro “, que se utiliza para rellenar piezas desgastadas, proporcionando capas de gran dureza resistentes al desgaste. Una clara aplicación es en los muñones de un cigüeñal.
Antes de proseguir con este relato, cabe aclarar que lo que llamamos cromado decorativo es un nombre genérico, dado que dicho proceso implica la aplicación de un recubrimiento de cobre ( cobreado ), uno de níquel ( niquelado ) y por último uno de cromo ( cromado ). El uso y costumbre han llevado a que a todas estas operaciones se las resuma con un solo nombre. “ cromado “.
En el caso del cromado duro, todo se basa en una capa única de cromo de un espesor mucho mayor que la del caso anterior.
Aclarado lo anterior, podemos ahora hablar de la calidad de un cromado. Para ello, debemos saber que todos los depósitos de metal se realizan mediante la electrólisis, siendo este un proceso físico-químico que se produce a través de una solución de sales, cuya concentración y proporciones están especificadas. A esto se suma el pasaje de corriente continua entre la pieza a procesar y una placa de metal, que será el metal que se deposite.
La corriente se regulará acorde a la superficie a recubrir.
La solución de sales se llama electrolito y se la aloja en una cuba cuyo material deberá ser apropiado para resistir temperatura y el ataque de las sales mencionadas, que en la mayoría de los casos son corrosivas.
Todos los procesos de electrólisis son de idéntica calidad y garantizan un 99,9 % de pureza en el metal depositado, claro está, que para ello deberán asegurarse las condiciones de concentración de sales, temperatura y densidad de corriente indicados anteriormente y otros detalles más como ser el minucioso filtrado de impurezas del electrolito y el agregado de aditivos que mejoran aún más la calidad del depósito.
Estos serían los requisitos para lograr un buen cromado, pero previo a ello debemos reparar en la preparación de la superficie a tratar, la cual consiste en eliminar todo rastro de cromo anterior mediante decapado y luego un pulido, que tendrá como finalidad quitar todas las imperfecciones, óxidos, picaduras y rayas, dejando una superficie a espejo.
El diseño de las piezas juega un papel preponderante para definir la calidad del cromado, puesto que no todas las piezas pueden cromarse con éxito, de acuerdo a lo que a continuación se expone:
En el formato de una pieza se observan geometrías variadas, las cuales presentan depresiones y salientes. Llamaremos zonas de alta densidad de corriente a las que contengan salientes y zonas de baja densidad de corriente a las que contengan depresiones. En las zonas de alta densidad de corriente se producirán depósitos con exceso de espesor y en las de baja densidad de corriente todo lo contrario. Corriéndose el riesgo de oxidación, en caso de no acertarse con la corriente y tiempo de depósito adecuado dependiendo esto de la experiencia y habilidad del operador.
Otro detalle a tener en cuenta es el material de la pieza a cromar, ya que el proceso detallado es de aplicación sobre hierro, bronce o cobre. En caso de tratarse de acero inoxidable, antimonio, aluminio o plástico, deberá efectuarse un proceso previo según el material de que se trate.

Nota escrita por el Ing. José Luis Marletta para el Club Hot Rod Argentina, no dejen de visitar su pagina: http://www.asociacionhotrod.com.ar/php/
gracias Club Hot Rod Argentina